En estado operativo normal de funcionamiento, las instalaciones eléctricas están diseñadas con protecciones, circuitos y conductores de energía. Además el equipo eléctrico transforma, transporta y utiliza energía. Cuando surge algún problema anormal, ya sea una perturbación, sobrecarga, cortocircuito o una falla de aislación, el sistema de protección puede detectar el problema y aislarlo de manera de evitar daños a las personas y/o equipos.
La única forma de saber si el sistema de protección funciona, antes de que sea necesario, es a través de una prueba. Mediante simulaciones de distintos modos de falla con métodos de prueba indestructivos, las deficiencias en el sistema pueden ser localizadas y corregidas. Entonces cuando el sistema es puesto a operar bajo condiciones de falla, la prueba de mantenimiento de las instalaciones eléctricas ayuda a tener la seguridad de que este trabaja de segura y apropiada.
“En Comulsa contamos con profesionales de alto nivel y con una comprobada experiencia en mantenimiento de instalaciones eléctricas, por ello ofrecemos un servicio de calidad y que trabaja con las mejores prácticas del mercado”, destacó José Luis González, Subgerente de Ingeniería y Desarrollo de Comulsa.
Las instalaciones eléctricas son utilizadas en distintos niveles de tensión. El flujo de energía comienza con el encendido del equipo. Luego, los equipos eléctricos, tales como las líneas de transmisión y de distribución, conductores eléctricos, y las estructuras de las barras conductoras, son utilizados para el transporte de energía. Otros equipos, como transformadores, rectificadores, cambiarán la forma de energía de alguna manera.
En una cuarta categoría, el equipo es usado para detectar y para aislar los problemas. Esto incluye la detección por medio de dispositivos como los relés de protección, junto con la interrupción a través interruptores, o fusibles. La última categoría de los equipos utiliza la energía para llevar a cabo trabajos, en alguna forma como motores, solenoides, o calentadores eléctricos.